Aunque todavía muchos consumidores no le encuentran un motivo para lanzarse en tromba a comprarlos, los altavoces inteligentes es la tecnología más candente en estos momentos. Las principales marcas del sector se han volcado en su desarrollo como centros neurálgicos para el hogar. Su adopción sigue viento en popa.
Según los datos recopilados por la firma de análisis Strategy Analytics, los envíos a nivel mundial de estos aparatos han crecido un sorprendente 197% este año hasta alcanzar una cifra récord de 22,7 millones de unidades en el tercer trimestre del año y va camino de alcanzar las 100 millones de unidades en todo el año. Un periodo en el que coincide su adaptación al español, el segundo idioma más empleado del mundo, de los asistentes digitales Siri, Alexa y Assistant que ejercen de «cerebro» de los dispositivos.
Esta cifras suponen, por tanto, un claro avance en un mercado todavía por explorar, pero que las firmas tecnológicas se han agarrado para potenciar los servicios domésticos. La idea con la que se mueven los altavoces inteligentes es convertirse en herramientas imprescindibles para controlar otros aparatos (iluminación, termostatos, cerraduras, cámaras...) por medio del empleo de la voz.
La situación que ha derivado es una guerra de compatibili
dades por ver qué asistente se puede utilizar con más dispositivos conectados. En el mercado existen múltiples, que van desde termostatos, televisores, bombillas. Gracias a su conectividad WiFi, los usuarios pueden vincularlos a la aplicación propia de cada asistente para controlar por simples instrucciones …