En el canal de Ironman FPV han subido este vídeo de un dron elevándose hasta 4.500 metros de altura a ver qué se cuece por ahí. Como no podía ser de otro modo, el vuelo contaba con la preceptiva autorización de las autoridades aeronáuticas: debía hacerse desde una posición determinada y en una ventana de tiempo concreta; de hecho antes de subir esperan a que pase uno de los aviones que circulaba un poco más arriba. El objetivo era disfrutar de las vistas y comprobar si el dron –al que no se le hicieron modificaciones especiales de hardware– podía volar tan alto.
El dron se controlaba con un sistema FPV (visión en primera persona: con un visor que retransmite lo que el dron «ve») porque obviamente en cuanto sube más allá de los cien metros deja de poder distinguirse a simple vista. Hay que pensar que se eleva cuatro kilómetros y medio en el aire, así que recibir las señales del wifi podría decirse que ya es en sí toda una hazaña; no especifican si usaron una antena en tierra para amplificar la señal.
El dron se eleva poco a poco, toma sus imágenes, holaquétal, y en un momento dado [03:10] apaga los motores para conservar la batería. Lo siguiente son tres minutos de caída libre, bastante tranquila y estable; cabe suponer que es un aparato capaz de autoequilibrarse convenientemente. Cuando se ponen en marcha de nuevo los motores poco antes de tomar tierra hay algunos ruidos como de ¡Trata …