La evolución de la telefonía móvil en los últimos años ha sido asombrosa. En solo una década se han introducido cambios profundos que han afectado no solo al diseño exterior que perciben los consumidores sino a una serie de funciones y capacidades que hoy en día se encuentran e
n la mayoría de dispositivos.La hornada de terminales del último año han tenido una base común. La mayoría de fabricantes han abrazado una tendencia clara: las pantallas casi sin bordes. Una idea a la que se ha sumado, además, la incipiente popularización de las cámaras dobles.
Este n
uevo curso empieza a desvelar otras cartas que anticipan la llegada de los primeros terminales con pantallas flexibles, capaces de doblarse como un libro o un tríptico, pero también se busca darle una vuelta a la tortilla: apostar definitivamente por un concepto inalámbrico de la movilidad, con lo que primero hay que ordeñar los componentes innecesarios para completar este desafío tecnológico.El primer iPhone, presentado por Apple en 2007, tuvo un gran impacto en la sociedad. Era visto como un terminal sin botones, totalmente funcional sin teclado físico. En realidad no era tal cosa y se tardó una década hasta dejar atrás la clavija para auriculares y el botón «Home», del que muchos modelos del mercado ya han prescindido. Lo que hoy parecía una locura es algo habitual.
Pero Meizu y Vivo, ambos fabricantes chinos, se hna lanzado al ruedo con una idea arriesgada: sus últimos teléfonos no tienen ningún botón físico, …