Más que un simple género musical, el heavy metal tiene el poder de desatar emociones intensas y llevarte a un estado de energía pura. No es solo cuestión de riffs agresivos o voces desgarradoras: hay algo en su estructura, en sus cambios de ritmo y en su potencia sonora que impacta directamente en la mente. ¿Qué es lo que realmente sentimos al escuchar metal? ¿Por qué algunas canciones parecen encender una chispa imposible de ignorar?