La idea de que la civilización maya "colapsó" tras el declive de sus grandes ciudades ha sido desmentida por investigaciones recientes. Aunque urbes como Chichén Itzá y Mayapán enfrentaron cambios significativos, las comunidades rurales continuaron siendo el corazón cultural de esta civilización. Esta narrativa renovada revela que los mayas nunca desaparecieron, sino que se adaptaron y persistieron durante siglos