Wine (Wine Is Not an Emulator) es una de las herramientas más míticas de Linux, pues ha permitido ejecutar programas diseñados para MS-DOS y Windows desde 3.11 hasta la última versión, Windows 10. También permite ejecutar aplicaciones del sistema de Microsoft en macOS, BSD y Solaris.
Dado que Windows 10 soporta sus propias aplicaciones, aparentemente no tiene sentido ejecutar Wine en Windows, pues no solventa ningún problema, como sí hace en otras plataformas. Sería como hacer hackingtosh a un Mac o, de forma más similar, ejecutar una máquina virtual para hacer funcionar aplicaciones que ya funcionan en el sistema. Sin embargo, a muchos como a David Gerard no les faltan ganas de experimentar y ver hasta dónde se puede llegar, y ha conseguido hacer funcionar Wine en Windows 10.
Un experimento que puede tener cierto valor en el futuro
El autor del experimento exitoso es el primero en admitir que no tiene mucho sentido utilizar Wine en Windows 10. Sin embargo, ha estado detrás de ese hito desde 2008, cuando empezó la página WineOnWindows, y afirma que es algo que la comunidad ha intentado desde 2004.
Lo que antes no habría sido posible, ahora lo es gracias a la llegada en 2016 del subsistema de Windows para Linux (WSL) para Windows 10. Según Gerard, que detalla un proceso sencillo para quien esté acostumbrado a lidiar con Linux y el WSL, hacerlo funcionar ha sido facilísimo.
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