El último ataque terrorista que ha sacudido Londres, que tuvo lugar en las inmediaciones del Parlamento británico y en el que fallecieron cuatro personas, ha reabierto el debate de libertad, justicia y privacidad después de que las autoridades británicas hayan exigido a las firmas tecnológicas que faciliten el acceso a las comunicaciones.
Los medios de comunicación británicos informaron de que poco antes de iniciar el ataque, el terrorista Khalid Masood intercambió mensajes de WhatsApp que los investigadores no pueden leer porque están cifrados.
Aunque las exigencias por parte del gobierno británico aún están sin concretar, pues no se sabe si lo que piden es que WhatsApp rompa el cifrado «end to end» que puso en marcha el pasado año para proteger la privacidad y seguridad del usuario, ya que nadie puede leer los mensajes en caso de interceptación; o simplemente están pidiendo acceso al terminal para poder recuperar las comunicaciones de los sospechosos, como pasó con el iPhone del autor de los homicidios en San Bernardino (California). Este último caso fue especialmente delicado porque Apple se negó a ceder a las presiones del FBI, que exigía acceso al terminal.
La policía ha estado tratando de determinar si Masood -que mató a cuatro personas incluyendo un policía cerca del Parlamento en Londres antes de ser asesinado a tiros- actuó solo.
Neil Basu, un alto policía antiterrorista, ha asegurado que las comunicaciones del responsable del ataque el día del atentado son la principal línea de investigación y que Masood tenía un claro …