¿Te has fijado en cuánta gente camina por la calle con unos AirPods en las orejas? No es casualidad. Los AirPods se han convertido en mucho más que unos auriculares inalámbricos. Desde marcas que copian descaradamente su diseño hasta quererlos a toda costa, incluso aunque no tengan un iPhone como teléfono.
Los números son contundentes: para este pasado año, Apple apuntaba a generar 22.000 millones de dólares solo con sus AirPods, y las proyecciones señalan que para 2030 podrían alcanzar los 45.000 millones.Estamos hablando de que solo con los ingresos de los AirPods, Apple gana más dinero que muchas otras empresas, como Spotify. Pero más allá de las cifras astronómicas, hay algo interesante en cómo estos pequeños dispositivos han cambiado nuestra forma, no solo de escuchar música, sino incluso de hablar por teléfono y comunicarnos.
La revolución silenciosa de los AirPods
Aún recuerdo esa keynote del iPhone 7... ¡Apple quitaba el jack de 3,5 mm! ¿Qué íbamos a hacer? Ahí fue cuando Tim Cook salió al escenario y presentó los AirPods. Un concepto familiar pero totalmente nuevo. Una idea tan simple como revolucionaria. Como si hubieran cortado el cable a los EarPods tradicionales. Ni más ni menos. Un diseño simple, funcional y, sobre todo, estético. Que no diese "vergüenza" llevarlos por la calle. Algo que, lejos de eso, se ha convertido en todo un orgullo. "Sí, tengo AirPods".
Primera generación de AirPods junto al iPhone 7
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