Este resumen que ha hecho el popular youtuber musical Jaime Altozano acerca del advenimiento de las inteligencias artificiales y cómo pueden afectar a los puestos de trabajo, ya sean artísticos o menos creativos, merece atención durante cada uno de los 17 minutos que dura. En él se hace un repaso tanto a cómo funcionan DALL·E 2, Stable Difussion, DreamStudio y alguna más, y también habla con expertos en IA y artistas para intercambiar sensaciones.
Su entusiasmo es patente, y de hecho además de haber probado –como ya ha hecho casi todo el mundo– a generar imágenes de osos panda haciendo algo gracioso e imposible se pregunta hasta dónde se puede llegar. Por ejemplo, DALL·E 2 no permite generar «imágenes chungas» ni rostros de gente famosa, pero otras IAs sí que lo hacen. Ahora funcionan online sobre la nube, pero pueden también funcionar por separado en tu PC o en tu móvil, descargando algunos GB que resumen su «entrenamiento»; hay un ejemplo con 4,2 GB bastante impresionante.
¿Qué sucede con el copyright? Su conclusión es que para una IA es como si alguien aprendiera a escribir al «estilo J.K. Rowling»; no tendría por qué pagar derechos a J.K. Rowling. Las IA actuales condensan el aprendizaje, no contienen los materiales originales de los que se alimentan.
En cierto modo, como le dice el ilustrador Riki Blanco, la industria de la música ya tiene eso hace tiempo: Auto-Tune, cajas de ritmos, programas que generan secuencias y arreglos «mejor que los humanos»… Y podríamos …