En tiempos en los que la experiencia gamer demanda una mayor inmersión que se apoye no solo de imagen y sonido, sino también de lo que los controles pueden transmitir al usuario, es imposible pensar en mandos de Xbox, PlayStation o Nintendo que no vibren.
La vibración despertó interés general de la industria cuando en 1997 Nintendo lanzó el Rumble Pak de Nintendo 64, un aditamento voluminoso que se instalaba en la parte trasera del control y que funcionaba con tres pilas AAA.
El potencial de inmersión de la vibración hizo que PlayStation, rival de Nintendo 64, lanzara un mando con esa característica y desde entonces se escribió un capítulo importante en la historia de los videojuegos que sigue rindiendo para desarrollos como DualSense.
Pero Nintendo no dejó esos primeros pasos vibratorios con el Rumble Pak de Nintendo 64, pues también dirigió esfuerzos para llevar la característica a Game Boy Color.
La consola portátil no tenía mecanismo de vibración, pero esa carencia no fue un problema para que los desarrolladores buscarán la manera de que la experiencia en Game Boy Color también contagiara la acción en pantalla y esta intriga los llevó a crear los cartuchos vibratorios.
Perfect Dark contó con una versión de Game Boy Color que incorporó vibración. (Foto: squallsnake.com)
En pocas palabras, fueron cartuchos que contenían en su interior no solo el software en turno, sino también el mecanismo de vibración y por ello su tamaño era marcadamente mayor con respecto a los cartuchos tradicionales de la portátil.
Fueron poco los juegos que incorporaron …