La metanfetamina es una de las drogas más extendidas y de fácil adquisición. Y también de las más adictivas. ¿Por qué? Unos investigadores parecen haber dado con los primeros pasos para descubrirlo.
A estas alturas, la palabra metanfetamina es bastante conocida por todos. Esta sustancia, tal y como vimos en Breaking bad es relativamente barata de producir, fácil de vender y un psicoestimulante muy, muy potente. Y muy adictiva. Por esta razón hace ya tiempo que esta sustancia está incluida en la lista II, junto a otras como la cocaína. Su uso está restringido, si no prohibido, en la mayoría de países. Pero volviendo a sus propiedades fisiológicas, ¿a qué le debemos semejante adicción? ¿Existe solo un factor? La respuesta, que no resulta nada sencilla, parece ir aclarándose poco a poco a la luz de las últimas investigaciones.
¿Los genes de la adicción a la metanfetamina?
Según un reciente estudio de la escuela de medicina de Boston, los genes conocidos como Hnrnph1, o genes de la ribonucleoproteína heterogénea nuclear H1, podrían estar implicados. Y es extraño porque estos genes jamás se habían identificado en ningún proceso relacionado con la adición. Pero siempre hay una primera vez, ¿no? Según la investigación, Hnrnph1 es una región que codifica y regula la expresión de muchas otras proteínas y factores que actúan sobre el sistema nervioso. En concreto, estimulan y regulan el sistema de recompensa. Precisamente, dicho sistema es el que se encarga de hacernos sentirnos bien. Tan bien que solo necesitamos un estímulo adecuado para sentirnos …