Porno falso de venganza: así podría describirse el uso de la tecnología 'deepfake' en la pornografía, una práctica violenta que consiste en trucar el rostro de mujeres en vídeos porno no consensuado. Algunas mujeres víctimas han tenido que cambiar sus nombres o retirarse completamente de Internet. Todas temen volver a ser traumatizadas.