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Publicado por: Hipertextual

Publicado en: 06/11/2017 10:30

Escrito por: Santiago Campillo

Los efectos inesperados de la extinción de los dinosaurios

Los efectos inesperados de la extinción de los dinosaurios

Los mamíferos no somos normalmente diurnos. Todo lo contrario, lo normal era econtrarlos en la noche profunda, huyendo de los dinosaurios. Hasta que desaparecieron. Solo entonces salimos a la luz del día.
Mucho tiempo atrás, los mamíferos primitivos que eran nuestros antepasados se econdían en las profundidades de la noche para huir de los auténticos reyes de la Tierra: los dinosaurios. De pronto, un día, algo ocurrió: un meteorito junto con otros miles de factores. Y desde entonces todo cambió. Hoy somos lo que somos gracias a ese evento.
El cuello de botella nocturno
Como mamífero puede que pienses que la gran mayoría de nuestros "primos" son diurnos. Pero lo cierto es que los mamíferos parecemos mucho mejor adaptados para la vida nocturna. Esto ha llevado a tratar de buscar una explicación que le dé sentido a algunas de las características fisiológicas que mostramos. Una de estas hipótesis es la llamada cuello de botella nocturno.

Brasilitherium, un viejo mamífero que era, seguramente, nocturno
Según esta hipótesis, los mamíferos permanecimos en la oscuridad una gran cantidad de nuestro tiempo evolutivo. Eso, debido a la presión selectiva, fue encauzando nuestras adaptaciones a la noche. Solo al final de los más de 255 millones de años de evolución con los que contamos aparecería una expansión hacia el mundo diurno.
Al no existir grandes depredadores, los mamíferos evolucionamos en otro sentido
¿Y cuándo ocurrió esto? Hace sesenta y cinco millones de años, coincidiendo con la extinción de los dinosaurios. Esto se debería a que, al no existir depredadores fuertes, aparecieron …

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