Desde el mismo momento de su descubrimiento, las emisiones radiactivas mostraron lo nocivos que podían ser sus efectos. Así, el propio Antoine Henri Becquerel, su descubridor, sufrió una quemadura y posterior úlcera que tardó en curar varios meses por el simple hecho de llevar durante unas horas en el bolsillo de su chaqueta un pequeño …