Hace cinco años Google tuvo que pedir disculpas públicas porque su sistema de reconocimiento facial confundió a una pareja negra con gorilas. No pasó de una mera anécdota. Era, sin embargo, el inicio de un escenario cada vez más habitual: los cuestionamientos sobre esta tecnología. La realidad es que si existían sesgos raciales era porque las bases de datos que alimentan a los algoritmos estaban incompletas. Había una corriente latente en la vida que afecta a las empresas de Silicon Valley: ahora pretenden atajar el problema de la supremacía blanca.
Este año tan incierto que ha dejado miles de muertos en una pandemia que nadie esperaba también ha dejado movimientos sociales de denfesa de los derechos de los negros. «Black Matter Lives», creado hace siete años, se ha reforzado a raíz de la muerte de George Floyd a manos de un agente de policía. Tres palabras que han sacudido los cimientos de la sociedad, la economía e, incluso, el arte. Un mensaje cargado de ideología que también ha disparado contra el mundo de la tecnología.
Frente a ello, empresas de tecnología han movido ficha para compartir cómo la supremacía blanca «se ha mostrado en ellos mismos» y en sus organizaciones, por lo que han venido contratando empresas de consultoría para reducir el problema, según informa «The Telegraph». Estas firmas han empezado a contar con consultores para tratar asuntos espinosos como la diversidad y la inclusión.
La idea es ofrecer asesoramiento a los altos ejecutivos. Pretenden cuestionar si pueden …