En el Huffington Post americano han publicado un larguísimo artículo de Jason Fagone sobre cómo una pareja de jubilados reventaron una de las loterías estadounidenses utilizando puramente análisis estadísticos. Son diez mil palabras, casi un pequeño libro, y la historia merece la pena: The Lottery Hackers: Jerry and Marge go Large. Entre otras cosas te enseña cómo una lotería puede estar matemáticamente mal diseñada, y no ha sido el único caso.
Cuenta la historia de dos jubilados (Jerry y Marge Selbee) aficionados a los números. En el año 2000 se retiraron y montaron una pequeña tienda en un pueblecito de Michigan. Jerry oyó acerca de un nuevo tipo de lotería en ese estado llamada Winfall, similar a la lotería primitiva española (49 números, entre los que elegir 6, a 1 dólar por apuesta). Y al examinar las probabilidades, reglas y premios detectó una anomalía.
Al igual que en otras lotos, en la Winfall cuando nadie acertaba se acumulaba un bote que se ponía en juego semanas después, cuando la cantidad superaba los 2 millones de dólares. Pero la diferencia era que si nadie acertaba entonces el premio máximo (6 aciertos) el bote se iba repartiendo por las categorías de premios menores (5 aciertos, 4 aciertos…), a veces multiplicando su «valor promedio» hasta por diez. Haciendo números vio que cuando se ponían en juego los botes los premios menores realmente valían más que las propias apuestas, de modo que había una estrategia clara: comprar todos los tickets posibles y esperar a …