“Si quieren nuestro dinero que se ganen nuestro voto”.
En México la época electoral es una pesadilla para la vista: las bardas se pintan con consignas genéricas, millones de carteles de plástico inundan los postes en las calles y el candidato en cuestión nos regala sonrisas desde anuncios espectaculares. El gasto es desmedido antes, durante y después de las elecciones.La confianza en las instituciones ha caído, en 2015 el voto nulo fue el tercer tipo de voto más popular
Mientras el gasolinazo comienza a mostrar sus efectos en el alza de la canasta básica, el transporte y en los servicios, la clase política ha llamado a apretarse el cinturón. Pero la realidad indigna: en diciembre, poco después de aprobar un aumento paupérrimo en el salario mínimo diario (de 73 pesos a 80 por una jornada completa de trabajo), los diputados se autoregalaron un bono navideño de 150.000 pesos bajo la justificación de "asistencia legislativa".
Es más que común que los representantes mexicanos prometan más justicia y menos desigualdad durante las campañas electorales pero una vez en el cargo le dan la espalda a sus eslóganes. "La confianza en las instituciones ha caído pero ahora estamos en un momento coyuntural muy importante", dice a Hipertextual Roberto Castillo, Coordinador de Wikipolitíca.
Ahora, una campaña promovida por dicha organización y dos legisladores independientes (Manuel Jesús Clouthier y Pedro Kumamoto) busca reducir el presupuesto de los partidos políticos a través de la iniciativa llamada #SinVotosNoHayDinero con la que esperan se puedan ahorrar hasta 2.253 millones de …