Ante un panorama mundial cada vez más incierto, la construcción de refugios nucleares está experimentando un auge sin precedentes, especialmente entre las élites que más dinero tienen para permitírselo. El fundador de OpenAI, Sam Altman, es uno de estos preparacionistas y lo tiene todo dispuesto para sobrevivir a un supuesto holocausto nuclear. Sin embargo, los expertos cuestionan la verdadera eficacia de estas instalaciones, de hecho, señalan que podrían ser más un mecanismo psicológico de defensa que una solución real ante un ataque nuclear. Sobre todo con el avance de la tecnología nuclear. Al fin y al cabo, incluso los Estados Unidos ya han empezado de nuevo a crear nuevas armas nucleares.Según un artículo publicado en Futurism, el negocio de los búnkeres mueve cifras millonarias, con un valor estimado de 137 millones de dólares el año pasado y una proyección de crecimiento hasta los 175 millones para finales de la década. Se trata de cifras bastante grandes para el tipo de negocio del que estamos hablando. Los usuarios de estos búnkeres nucleares suelen tener un poder adquisitivo verdaderamente alto, aunque también hay personas de clase media interesadas en estar preparadas para estas situaciones.El preparacionismo gana adeptos entre las clases altasLa creciente demanda de refugios parece estar impulsada por la sensación de vulnerabilidad ante las tensiones geopolíticas y la amenaza nuclear latente. Para muchos, la idea de tener un lugar seguro donde resguardarse proporciona una falsa sensación de control en un mundo impredecible. No obstante, la realidad es mucho más cruda. Como …