La vida es cíclica. Cada cierto tiempo todo vuelve. Eso lo sabe el mundo de la moda. En 2017 la aplicación FaceApp tuvo su minuto de gloria gracias a una función que permitía aplicar filtros para emular diferentes etnias. Duró poco: en pocas horas tuvo que retirarse por ser acusada de racismo. No fue es la primera vez que recibía críticas ante la falta de sensibilidad racional. Anteriormente estuvo en el punto de mira por su manera de aligerar los tonos de la piel de los usuarios o incluir un tono que cambiaba la piel oscura de las personas en caucásicos.
Aunque no es es nueva, en los últimos días se ha vuelto a producir un fenómeno viral. Miles de personas han publicado en sus perfiles de redes sociales los resultados de su foto manipulada como si fuera una persona mayor. El sistema funciona a través de un algoritmo informático y redes neuronales para escanear los rostros y modificar algunos detalles de la imagen: añade canas al color del pelo, introduce arrugas y ojeras.
Lo hace en segundos y el resultado es gracioso. Es el gran éxito de una aplicación en la que hasta los famosos han caído. Miles de fotografías inundan la red, pero su uso no estás sujeto a ciertas contrapartidas. La primera es que el servicio requiere de dar permiso al carrete de fotografías alojado en el dispositivo. ¿Está en peligro la privacidad de sus usuarios? Atendiendo a sus términos de uso, la «app» asegura …