Ayer te contábamos que Facebook acababa de anunciar un cambio en su política de gestión de contenidos manipulados, con el fin de frenar la difusión de noticias falsas y de controlar la creciente popularidad de los vídeos 'deep fake'.
Rápidamente se alzaron las primeras críticas contra la medida, porque dejaba abiertas varias excepciones por las que podían seguir colándose los bulos: se seguían permitiendo los deepfakes con fines satíricos y paródicos y "los vídeos que hayan sido editados únicamente para omitir palabras o cambiar su orden".
Sin embargo, ahora sabemos que Facebook aplicará una tercera excepción. Una aún más notable, de hecho, por su repercusión social: el contenido publicado por políticos no será censurado aunque publiquen deep fakes sobre sus rivales.
Al fin y al cabo, dicha excepción es muy coherente con su decisión de hace unos meses de no eliminar ni verificar la veracidad de las publicaciones de políticos, aunque éstas violen las políticas de la red social
El agujero del 'interés periodístico'
Andrea Vallone, portavoz de la compañía, ha explicado al medio online estadounidense Mashable que Facebook aplica a los políticos "los mismos estándares que a otros usuarios cuando se trata de medios manipulados", pero que
"Si el contenido reviste algún interés periodístico, aunque viole la norma, evaluaremos caso por caso si debe permitirse su permanencia en la plataforma".
Es decir, se aplican los mismos criterios... pero no, pues ¿en qué cabeza cabe que lo que puedan publicar Trump o sus rivales electorales, por falsario que sea, …