Pufff...
¿Por dónde empezar?
No es nada, nada fácil...
Creo que voy a empezar por la bolsa de papel de plata; esa que Disney nos dio, en una de esas tontas cabriolas para elevar el hype, para que guardáramos nuestro móvil dentro por si... ¿Por si qué? Al comienzo, nos choteamos de la ridícula bolsa de plata. Cuando terminaron las tres horas de epopeya (sin secuencia postcréditos de ningún tipo) la frase colectiva era: "Voy a guardar esta bolsa toda mi vida".
He pasado por toda clase de pases de prensa de todo género y color en mi vida. El silencio, las lágrimas, las carcajadas y los aplausos que marcaron el pase de prensa de ayer, en los Cines Capitol de Gran Vía (Madrid), son algo inédito. Pero es que lo que tuvimos frente a nuestros ojos era indescriptible. No estábamos preparados. Tampoco lo estás tú, lector. Porque lo que te vas a encontrar cuando te sientes a ver 'Los Vengadores. Endgame' no es la película que te esperas. Ni de lejos. Ni remotamente.
Lo que te vas a encontrar es algo que, me atrevo a decirlo, supera a todos los grandes acontecimientos de la cultura pop. Ni 'El retorno del jedi'. Ni 'El retorno del rey'. Ni las 'Reliquias de la Muerte 1 & 2'. Ni ese: "Esto hará que las cosas salgan bien" de Max Von Sydow al poco de empezar el 'Episodio VII'. Ni el dedo sumergiéndose …