Buena parte del mundo tiene puesta su vista sobre las pantallas. Trabajo, información, o simplemente entretemiento. Y es la del entretenimiento una tarea que ha recaído en los videojuegos y que permanece en constante evolución. Pocos imaginarían que estos productos llegarían a ser lo que son hoy; y menos cuando las limitaciones tecnológicas de sus inicios permitían poco más que crear juegos que consistían en ordenar bloques.

La aparición de las primeras computadoras electrónicas en los años 50 dio origen a los videojuegos, aunque no sería hasta finales de los 70 cuando se terminaron de popularizar gracias a la videoconsola Atari 2600
y a las máquinas «arcade», dando lugar a la denominada «Era Dorada de los videojuegos arcade» y de los salones recreativos. A pesar de ello, los avances tecnólogicos relegaron lentamente a un segundo plano a este tipo de consolas.

La era del 8-bit
La creatividad de la siguiente década sería una fuente de inspiración durante los años venideros. «Street Fighter», «Castlevania», «The Legend of Zelda»... El «boom» de esta industria llegaría en la década de los 80 con sus dos primeros y grandes éxitos, proviniendo de la mano «Pacman», de origen japonés, y del «Tetris», de origen soviético. Fue en esta época cuando nació otro clásico cuya fama nunca ha pasado de moda, «Super Mario Bros». «Duck Hunt» y «Frogger» lograron ganar una buena reputación, aunque el paso del tiempo no les trató como al resto de los buques insignia del momento.

El auge de la Game Boy
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