No hay evidencia científica que pruebe que los videojuegos violentos producen personas violentas. Esa es la conclusión repetida una y otra vez por voces desde la ciencia, pero que ahora está siendo retomada por la Comisión Nacional Contra Las Adicciones a través de su 'Manual Informativo y de Orientación Sobre el Uso Casual y Problemático de los Videojuegos'.
El manual sí reconoce que hay un uso de videojuegos que necesitaría atención. Ese escenario sucede cuando el uso de videojuegos produce descuidado en otras actividades esenciales de la vida diaria, como ejercicio, trabajo, relaciones familiares y horarios de sueño. Esa definición no es distinta de la adicción a videojuegos que recientemente catalogó la Organización Mundial de la Salud.
"No existe evidencia directa que la exposición a estas artes y narrativa incremente la violencia", se lee en el manual en referencia a contenido violento dentro de los videojuegos. En otra parte del texto se lee que los videojuegos pueden ayudar a mejorar y obtener nuevas habilidades, incluyendo crear nuevos vínculos, potenciar el trabajo en equipo y desarrollar pensamiento estratégico y creatividad.
También identifica como mitos que jugar por mucho tiempo irrevocablemente se transforme en una adicción, que los videojuegos estén asociados al fracaso escolar, que solo sean para hombres, que disminuyan la socialización y que solo son para menores.
Algunas de las ventajas que sí están asociadas a los videojuegos son mejoras en capacidades de atención, en desarrollo de planes de acción para conseguir …