La persona que va en el asiento trasero, representante de General Motors, me incentiva, sin preocupación alguna, a que acelere en un tramo totalmente recto de la carretera en la que estamos. "Tú písale", me dice.
Yo, al volante de la Bolt EUV 2022, dudo por un instante, pero después reflexiono en que acabo de ser autorizado, línea directa con General Motors, en sacarle lo más que pueda a ese acelerador. El torque luce con todo y que estamos en un vehículo eléctrico: una ligera patada empuja la nuca de mi cabeza con mi asiento y rebaso sin problema a las dos camionetas que están por delante de mí. En efecto, la Bolt EUV acelera fenomenalmente, pero tiene sus costos.
El más evidente es el de la autonomía. Cuando en un trayecto distinto me decido a acelerar sin decencia alguna, me doy cuenta que en menos de 40 segundos he drenado más de diez kilómetros de autonomía. Lo veo en el costado izquierdo del tablero que calcula en tiempo real para cuántos kilómetros más se podrá andar en el vehículo según la batería restante.
El número sin embargo es muy, muy volátil.
En pendientes y acelerando como lo hice, el drenado de batería incrementa y por lo tanto los kilómetros estimados en tablero disminuyen, tal y lo que ha ocurrido con los diez kilómetros perdidos en cuestión de 40 segundos en que he pisado …