Después de dirigir videos musicales para artistas como Lionel Richie, Michael Bay debutó en el séptimo arte en 1995 con la cinta Bad Boys. Desde entonces dejó claro su marcado estilo para el cine de acción caracterizado por frenéticos movimientos de cámara. Tras su primer largometraje continuó a cargo de superproducciones, que si bien tuvieron como detractores a los críticos, la taquilla siempre respaldó tales proyectos.
La incursión de Bay en la ciencia ficción comenzó en 1998 con Armageddon. Así marcó el inicio de su reconocible obsesión por los efectos especiales, que con el tiempo perfeccionó a base de incontables explosiones. Esta trayectoria nos lleva hasta 2007, cuando destinó cerca de 200 millones de dólares para llevar a la pantalla grande una espectacular batalla repleta de pirotecnia, slow-motion y gigantes robots alienígenas.
Como te podrás imaginar, hablamos de la franquicia Transformers. Dicha saga comenzó con Shia LaBeouf y Megan Fox como los protagonistas humanos, pero sin duda quienes se llevaron las palmas con su aparición fueron Bumblebee, Optimus Prime y el resto de los autobots.
Aunque la primera entrega recibió críticas mixtas, y actualmente está valorada con un 57% de aprobación en el sitio Rotten Tomatoes, fue un bombazo en recaudación. Acumuló poco más de 700 millones de dólares y con cada estreno estos números fueron en aumento.
Fue así que, a lo largo de diez años, pudimos disfrutar de múltiples colisiones de proporciones épicas en …