Romeo no tiene a Julieta, pero sí a un dueño preocupado por sus escapadas por el patio vecinal. Es como se llama el gato de Enrique, un amigo de esta redacción que nos ha contado cómo un AirTag le dio el mayor susto de su vida y terminó descubriendo que, pese a su éxito en tantos casos, en el suyo no cumplió.
Su gatito es muy independiente. Tanto que cada mañana le permite salir por el patio común de su urbanización para que se dé un garbeo. Siempre regresa puntual a media mañana para comer, aunque hubo un día que no. Aprovechando que en su collar llevaba el AirTag, Enrique trató de averiguar su posición. Y estaba lejos. Muy lejos.
El siempre puntual Romeo no acudió a su cita
Tan sólo en una ocasión, Romeo no durmió en casa. O eso nos cuenta Enrique. Fue hace unos años cuando, buscando a su Julieta (una gata en celo y que desconocemos su nombre real), decidió trasnochar en algún lugar inhóspito del barrio. A raíz de aquello y una posible enfermedad, decidió castrarlo y "no volvió a estar fuera de casa más de dos-tres horas".
Enrique tiene un patio común en su urbanización con muros altos y tejadillos en los que a Romeo le encanta estar, ya sea tomando el sol o tratando de alcanzar un pájaro con sus patitas. El pasado mes de octubre, como cada mañana, le abrió la puerta a eso …