A medida que el nuevo coronavirus, COVID-19, se extendió por todo el mundo, el estudio, el trabajo y el ocio talgo en común, las videoconferencias en Zoom.

Hace unos días se dio a conocer que medio millon de contraseñas se filtraon a la deep web a través de Zoom. La cifra es enorme pero se explica porque durante 2020, la compañía ha agregado 2.2 millones de nuevos usuarios mensuales, superando a toda la nueva base de usuarios de 2019 de 1.19 millones.

En julio de 2019, un investigador reveló un grave problema de seguridad en el que Zoom abrió cámaras web al espionaje.
Ahora, se han descubierto más problemas, incluidas fallas de seguridad en la compilación de Windows 10 del software de la plataforma, los datos de los usuarios de iPhone que se envían a Facebook, y un error en la generación de URL que permitió a los atacantes para espiar conferencias privadas.

Google, SpaceX, el Departamento de Educación de la Ciudad de Nueva York, los gobiernos de Taiwán, Australia y Alemania, por nombrar solo algunas agencias, han prohibido a los empleados usar el software hasta que mejore la postura de seguridad de Zoom.

Zoom ha intentado limpiar su acto, y rápidamente, por ejemplo, introdujo una pestaña de seguridad para simplificar el proceso de cambiar la configuración de seguridad para los anfitriones y los asistentes a la reunión.

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