Tras el evento “Wonderlust” del pasado martes 12 de septiembre, he estado pensando largo y tendido sobre si cambiar mi Apple Watch Series 8 por un Series 9. Esto es algo que no recomiendo al 99.99% de usuarios de un Series 8. Desde un punto de vista analítico no tiene sentido, pero al ser en cierto modo mi trabajo conocer los últimos lanzamientos de la marca, puede verse algo más justificado.

Una de las cosas de las que más me arrepiento con la compra de mi Apple Watch Series 8 es no haber ido a por la versión de acero inoxidable. Hace unos meses me la enseñó un amigo y me pareció una pasada. Era algo que quería enmendar, y aprovechando que ya tenemos aquí los modelos nuevos, era la oportunidad perfecta para ello.

Están enfocados a dos públicos distintos

Finalmente, tras darle unas cuantas vueltas y consultarlo alguna que otra noche con la almohada, me decidí por un Apple Watch Series 9 de 45 milímetros en acero inoxidable color plata, y una correa Milanese en el mismo tono. Lo configuré, añadí mis datos de envío y facturación, y al ver el precio, mi subconsciente me dijo que había algo que se me estaba escapando. Estuve un rato tratando de averiguar de qué se trataba, hasta que caí: ¡costaba lo mismo que un Apple Watch Ultra de segunda generación!

Ahí fue cuando me hice la misma pregunta que acompaña a este artículo …