Es más común en la literatura anglosajona, pero tiene su origen en una época en la que todos tecleábamos a máquina de escribir. Como las máquinas usaban fuentes monoespaciadas para que los caracteres estuvieran a la misma distancia —ya fueran anchos como una “m” o delgados como una “i”—, la gente empezó a poner un…Read more...