Hablar de videojuegos en México es adentrarse a un mundo aparte, de inversiones, de miles de opciones, de dispositivos móviles y consolas; pero décadas antes de la vorágine ambiciosa en la que se ha convertido la industria, antes de las descargas, la piratería de PlayStation, de la Nintendomania y las maquinitas hubo un momento de independencia mexicana en el que un hombre aprovechó las grietas del sistema para crear la primera y única consola de videojuegos mexicana: NESA Pong.
Y antes de que se lo pregunten: No, la consola no tiene nada que ver con Nezahualcóyotl. Su nombre es la conjunción del famoso juego creado por Nolan Bushnell, PONG, y Novedades Electrónicas, S.A., la empresa que distribuyó por México y Latinoamérica esta consola diseñada por el ingeniero mexicano Morris Behar en 1973.
No se trata de piratería. Podríamos decir que NESA Pong fue creado a partir de una de las máximas de la anarquía: Copia lo bello. Pero para entender su importancia debemos hacer un poco de historia.
La década de los 60 había terminado y México se había sumido completamente en la “modernidad” y, como cualquier otro país que se acaba de sumar al futuro, deseó las cosas que tenían los países más avanzados tecnológicamente, sobre todo para conocer cómo se divierten. En nuestro caso vimos a Estados Unidos, como casi siempre.
La novedad de Magnavox Odyssey, primera consola de videojuegos de la historia, llegó a territorio nacional y las clases privilegiadas fueron las primeras en abrirle las puertas de su hogar. No …