Le boitier où mon cordon ombilical était enroulé (TSB) est désormais totalement ouvert. Un peu moins d'un mètre supplémentaire de câble a été libéré, ce qui va améliorer son contact avec le sol martien, et diminuer le niveau de perturbations associées.https://t.co/btEhZrbZE6 pic.twitter.com/WCzh0M1oVQ— SEIS (@InSight_IPGP) 3 de enero de 2019
José @thorquemado nos escribió preocupado porque se ha aficionado a seguir las fotos que envía la sonda InSight de la NASA desde Marte y de repente se fijó en que el cable que une al sismógrafo SEIS con el aterrizador estaba en el suelo. Temía que eso hubiera sido un accidente pero en realidad estaba planeado.
SEIS, cuyo nombre viene de Seismic Experiment for Interior Structure, o Experimento Sísmico para Estructura Interior, es tan sensible que es capaz de detectar movimientos equivalentes al de medio átomo de hidrógeno. Por eso para que no capte señales que no son tales está previsto que sea cubierto por una especie de tapa que lo aisle del viento y de paso de los cambios de temperatura.
Pero el cable que lo une con el aterrizador, con una longitud de 3 metros y un ancho de 4,5 centímetros y por el que circula tanto la electricidad que hace funcionar al sismógrafo como los datos que obtiene y las órdenes que se le envían es también una fuente potencial de vibraciones así como un medio capaz de transmitirlas.
Por un lado el viento puede hacer vibrar el cable y esas vibraciones pueden llegar al sismógrafo. Por …