La pandemia de nuevo coronavirus Covid-19 ha azotado un tremendo golpe financiero a la economía de todos los países. Con el miedo al desempleo, el teletrabajo se ha tenido que imponer por fuerza aunque no en las mejores condiciones (casas con niños, falta de seguridad en la red doméstica utilizada, sin equipos técnicos adecuados). Por capacidad de inversión, la gran empresa ha podido capear el huracán en la medida de lo posible aunque se han disparado los ERTE y se han reducido los ingresos. La pyme, en cambio, se ha revelado como la gran perdedora para hacer frente a la necesaria transformación digital.
La crisis sanitaria ha servido de catalizador para la digitalización. Se sabía que era necesaria acometer reformas en las empresas para ser más competitivas gracias a la tecnología. Se sabía, porque las grandes corporaciones que ahora mueven el mundo, que había que dar un impulso. Pero hasta que no se han visto las orejas al lobo no se ha producido el nerviosismo. Ahora mismo todo forma parte de un parche que habrá que coser las costuras cuando se alcance la cacareada «nueva normalidad». «Circula por ahí el chiste de quién está impulsando más la transformación digital; si el director general de una empresa o el coronavirus. El coronavirus es quien ha impulsado más la digitalización», reconoce a ABC, de manera irónica, María José Talavera, directora general de la empresa tecnológica VMWare.
Teletrabajo, videollamadas, infraestructura de red. La migración a la vida digital por parte de los …