Suena el despertador a las siete de la mañana. Es una aplicación que ya venía preinstalada en su «smartphone». La apaga. Esta herramienta le pregunta si desea introducir sus patrones de sueño o incluso le propone configurar el brillo de la pantalla de su móvil cuando en horas nocturnas no lo utilice. Con un solo movimiento para desactivar la melodía que le despierta, está dando información al desarrollador o plataforma que posee los derechos de esta herramienta, porque en los términos de uso marcó un día que no recuerda un «sí, acepto» en las condiciones.
Algo tan íntimo como son sus horas de sueño están registradas con su primer parpadeo del día, y eso que aún ni siquiera ha comprobado el correo electrónico o los mensajes de WhatsApp. Ni le ha dado los buenos días a Facebook, la red social en el ojo del huracán por haber recopilado datos de 87 millones de usuarios que luego fueron utilizados por la compañía Cambdridge Analytica con fines poco lícitos. Pero
Mark Zuckerberg
no es el único que sabe todos sus movimientos.Media hora después, mientras desayuna, mira el tiempo que va a hacer. Esta nueva aplicación le pide que active su geolocalización (si no está permanentemente en funcionamiento). Con ese simple gesto, su teléfono tiene las coordenadas exactas de su posición. De hecho, es probable que alguna «app», como Google Maps (que tiene más de 1.000 millones de descargas en todo el mundo según Google Play), le diga cuánto le queda para …