Por fin es real. Cuando Steve Jobs presentó el primer Mac mini en 2005, lo describió como la puerta de entrada a la experiencia Mac: un equipo compacto, accesible y pensado para aquellos que querían probar el mundo Apple sin invertir mucho dinero. Un “trae tu propio monitor, teclado y ratón” que, aunque humilde en aspecto, escondía la esencia del Mac en una carcasa mínima. Desde entonces, el Mac mini ha mantenido esa filosofía de ser pequeño y ha evolucionado en potencia, pero hoy, con el nuevo modelo M4 Pro, esta idea se reinventa a niveles que seguramente Jobs no imaginó. Este Mac mini es todo un salto en potencia comprimida, una caja de menos de 13cm cuadrados que esconde una bestia tecnológica, diseñada para cualquier desafío de hoy en día.

Y ojo, porque con el M4 Pro, el Mac mini ahora es capaz de rivalizar con equipos de mayor envergadura, dejando claro que el tamaño no está reñido con el rendimiento. Potenciado por un chip de 3 nanómetros y Thunderbolt 5, este mini eleva también la conectividad y rendimiento, abriendo posibilidades que en 2005 habrían sonado a ciencia ficción. Y además, es el primer Mac en ser neutro en carbono, una evolución que marca el compromiso de Apple no solo con la tecnología, sino con un futuro sostenible. Este Mac mini no es solo un homenaje a la visión de Jobs - es la culminación de ese sueño: un equipo pequeño y accesible... pero también potentísimo a niveles que …