La tecnología de consumo ha desembarcado en el sistema educativo. Tabletas, ordenadores, teléfonos móviles. Aparatos electrónicos conectados a internet que utilizan millones de personas y que cada vez más se encuentran en las aulas. Ahí es donde grandes empresas del sector han puesto sus miradas para desarrollar plataformas de aprendizaje. Un negocio al alza que puede verse afectado por un conflicto legal. El fiscal general de Nuevo México, Héctor Balderas, presentó el pasado jueves una demanda contra Alphabet, matriz de Google, alegando que el gigante de internet recopiló información personal de estudiantes sin permiso.
El informe, al que tuvo acceso «The New York Times» la pasada semana y publicado por «El Mundo» este martes, apunta a que estas actuaciones pueden «violar derechos de privacidad» de los estudiantes. Balderas ha apuntado que el gigante de internet utilizó sus principales productos digitales como el gestor de correo electrónico Gmail, el calendario y el servicio de almacenamiento en la «nube» Drive para recopilar información de estudiantes menores de 13 años en colegios del país sin el consentimiento de los padres.
«Las consecuencias de hacer seguimiento por parte de Google no son exageradas. Los niños están siendo supervisados por una de las mayores empresas de minería de datos del mundo, en la escuela, en sus casas, a través de los dispositivos móviles, sin su conocimiento y sin el permiso de sus padres», relata el informe. En la última década, Google se ha convertido en la principal marca tecnológica en las escuelas públicas estadounidenses, …