Ver lo que no puedes ver y escuchar lo que no puedes escuchar, esto sucede en la planta de Ford en Almussafes, Valencia.
Los controles de calidad a los que se somete una factoría de coches son muy variados, desde escuchadores de motores a boicots, pero también se usan ultrasonidos y fotografías de alta resolución conectados a modernos sistemas de big data para detectar errores que el ojo y el oído humano no pueden detectar.
Un equipo de la planta de motores de la factoría valenciana ha ideado y desarrollado diversos sistemas de control de calidad que emplean tecnología audiovisual de última generación combinada con big data.
El click hunter es un sistema que, mediante la combinación de cobots o robots colaborativos y micrófonos de alta precisión, permite lograr una efectividad de prácticamente el 100% en uno de los procesos más delicados del ensamblaje de un motor.“Trabajando en la banda de frecuencias del ultrasonido y aplicando redes neuronales podemos determinar si un conector eléctrico está o no está bien montado”, explica Eduardo Guillamón, gerente de ingeniería de la planta de motores de Ford en Almussafes. Un software específico procesa el sonido captado y comprueba su validez. “Grabamos los sonidos que generan los conectores y el sistema es capaz de diferenciar entre los clicks correctos y los clicks incorrectos”, añade Paula Carsí, ingeniera de procesos del departamento de Nuevas Tecnologías de la planta Ford de Valencia.
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