¿Cuántas veces has abierto la aplicación de Netflix y has pasado 25 minutos navegando por su catálogo para acabar sin ver nada? Quizás para terminar poniendo First Dates o cambiar de servicio a ver si hay algo que nos llame más la atención.
Netflix es quien más consigue grandes éxitos mundiales, como El Juego del Calamar o La Casa de Papel, nadie pone a todo el mundo a hablar de una serie como ellos. Sin embargo, fuera de esos hits, a menudo ofrece una experiencia donde se complica tanto escoger un candidato para matar el jueves noche que abruma y no nos deja tener clara una elección.
En psicología conductual esto es lo que se conoce como parálisis por análisis: la incapacidad de tomar una decisión cuando las opciones son demasiadas. Incapacidad, o en el mejor de los casos, tardar mucho más de lo habitual. Ahí es donde gana enteros Apple TV+, que tiene mucho por mejorar y tras casi tres años no está logrando ser demasiado trascendente, pero a cambio nos permite tomar decisiones mucho más rápidas: su catálogo es reducido, pero su calidad promedio, bastante elevada.
Además, los problemas recientes de Netflix, acostumbrada a un crecimiento sin que nada le zancadillease, acentúa la diferencia entre servicios que navegan en solitario y servicios que forman parte de un ecosistema, donde Apple o Amazon tienen mucho más margen de maniobra incluso si vienen mal dadas. En el sector audiovisual, Apple juega a largo plazo.
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