El Mobile World Congress lleva unos años siendo un paraíso de los fabricantes chinos: en cada giro de stand, en cada pasillo, en cada pabellón (y hay ocho), los móviles «made in China» salpican la mayor feria destinada a la tecnología móvil, con diseños que muchas veces recuerdan a los de grandes marcas, pero con sutiles diferencias que evocan imágenes, pero que legalmente no son una copia.
Pero a veces, las diferencias son tan ligeras que la justicia se ve obligada a actuar. Durante la primera jornada del MWC 2018, los juzgados mercantiles de Barcelona llevaron a cabo varias ejecuciones cautelares contra tres compañías chinas, retirando algunos de los móviles expuestos para su evaluación por parte de los expertos.
El propio Tribunal Superior de Justicia de Cataluña era quien informaba del hecho en un comunicado. Una situación que no se da por primera vez e incluso una de las marcas denunciadas es reincidente. En concreto, se trata de las firmas de nacionalidad china Shenzen Doke Electronic (Doke), Shenzhen Boway Electronics (Boway) y Shanghai Niuyu Networks Technology (Vernee).
«Estas tres medidas cautelares han consistido en la prohibición a estas tres compañías chinas participantes en esta feria, fabricantes de móviles, de realizar actos de ofrecimiento, comercialización o cualquier tipo de explotación de teléfonos móviles y cualquier dispositivo electrónico que infrinja una patente europea cuya titularidad corresponde a una compañía española», señalan fuentes judiciales.
La firma de la que habrían plagiado los modelos sería la catalana Fractus, conocida marca que …