Sony no la pasó bien tras su conferencia del E3 2017. Ya sea porque varios de los juegos presentados ya habían aparecido anteriormente o porque muchos siguen sin fecha de lanzamiento, o incluso porque el público tenía expectativas muy altas; el punto es que hubo un sentimiento de incomodidad generalizado. La principal queja ha sido la falta de nuevos juegos, pero resulta ser que todo esto ya estaba planeado, es decir, Sony decidió guardarse las sorpresas.