POCO ha vuelto, y esta vez no viene a jugar en segunda división. Después de años consolidándose como referente en la gama media y alta económica con dispositivos que ofrecían mucho por relativamente poco, la submarca de Xiaomi ha decidido que era el momento de dar un puñetazo sobre la mesa del segmento premium. El arma elegida para esta ofensiva es el POCO F7 Ultra, un smartphone que toma prestado el ilustre apellido "Ultra" de sus hermanos mayores de Xiaomi para dejar claras sus intenciones: competir de tú a tú con los pesos pesados del mercado Android, pero manteniendo ese ADN POCO de ofrecer especificaciones de infarto a un precio, si no bajo, sí notablemente más ajustado que el de sus rivales directos.Hace unas semanas compartí mis primeras impresiones tras unos días con él, y la sensación inicial fue francamente positiva: potencia descomunal, una pantalla brillante, carga ultrarrápida y un diseño que, especialmente en el acabado negro, transmitía una solidez y elegancia inesperadas para la marca.Pero la verdadera prueba de fuego llega tras una convivencia más prolongada. He pasado varias semanas utilizando el POCO F7 Ultra como mi móvil personal, exprimiéndolo en el día a día, en sesiones intensivas de juego, probando a fondo sus cámaras en todo tipo de situaciones y evaluando si esa primera buena impresión se mantenía o si aparecían fisuras. Porque una cosa es tener madera de campeón sobre el papel, y otra muy distinta es demostrarlo en el uso cotidiano cuando la novedad inicial se …