El discurso de odio está causando estragos a las redes sociales. Están experimentando una notable transformación. Pero es un asunto complejo y delicado. La rebelión de los anunciantes ha puesto a Facebook contra las cuerdas. La multinacional estadounidense da un paso hacia adelante y otro hacia atrás. Buscando darle la contenta a todos. Y es difícil. Aunque el boicot publicitario supone unas migajas a sus holgadas cuentas de resultados, a la larga puede empezar a perder valor. Para ello, ha publicado las conclusiones de una auditoría sobre sus movimientos en torno a la información falsa y los llamados discursos de odio. Las conclusiones son reveladoras: es demasiado lento.
El informe, el tercero que se realiza, está elaborado por una consultora externa contratada por la propia compañía. El análisis se ha efectuado durante dos años por la firma especializada en derechos civiles Relman Colfax. Entre las conclusiones se destaca que la red social ha sido demasiado reactiva y lenta a la hora de abordar el discurso de odio y otros asuntos problemáticos como las redes sociales.
Uno de los grandes lemas de Mark Zuckerberg, fundador de la empresa, siempre fue «muévete rápido, rompe cosas». Y lo aplicó en todos sus términos. Logró adelantarse a los competidores. Logró encontrar un camino para nuevas audiencias. Acertó en muchos de sus movimientos. Pero, ahora, se ha convertido en un dinosaurio de patas cortas que le incapacita para ser ágil. O no tan ágil como se espera visto los acontecimientos vividos en los últimos …