Nuestros hábitos pueden revelar aspectos psicológicos interesantes y útiles. Un ejemplo es cerrar la puerta de nuestra habitación a la hora de ir dormir. Esta acción, por más simple que parezca, está profundamente relacionada con la manera en la que funciona nuestro cerebro.
De acuerdo con un estudio de la Organización de Ciencias de la Seguridad citado por El Confidencial, un 60% de las personas cierra la puerta de su habitación antes de ir a dormir. Según los expertos, hacerlo crea una barrera simbólica y real entre el individuo y el mundo exterior.
Una necesidad primitiva
Cerrar la puerta de la habitación no solo protege físicamente de riesgos como un posible incendio en el hogar, sino que también proporciona una sensación de seguridad y protección en el momento de mayor vulnerabilidad. Según La Nación, esta sensación de control sobre el entorno permite al cerebro relajarse, entrar en sueño profundo y recargar energía para el día siguiente.
Y es que los seres humanos hemos aprendido a buscar un refugio que nos proteja mientras dormimos desde hace milenios. Los primeros humanos, que eran nómadas, buscaron refugios en las cuevas, pero al convertirse en sedentarios construyeron sus propias viviendas, las cuales les dotaban igualmente de un espacio seguro donde refugiarse.
En Xataka México
Esta es la hora ideal para ir a dormir y las horas sugeridas de acuerdo con la edad, según la ciencia
…