Cuando el camino se vuelve complicado, hay una sistema que puede hacer toda la diferencia: el All Wheel Drive (AWD o tracción integral). Esta tecnología distribuye la fuerza del motor a las cuatro ruedas del automóvil, para mejorar la estabilidad y la capacidad de avanzar en terrenos difíciles.
Diseñado para adaptarse a superficies resbaladizas como nieve, lodo o grava, el AWD no solo evita que las llantas patinen, sino que también ofrece un manejo más seguro en condiciones adversas. Además puede aumenta el desempeño del vehículo en su paso por curvas cerradas.
El All Wheel Drive no está limitado a vehículos todoterreno. Este sistema se encuentra en SUVs y hasta en sedanes. Su funcionamiento es posible gracias a sensores que detectan la pérdida de tracción. En respuesta, el sistema envía potencia adicional a las ruedas que más lo necesitan. Esto no solo evita que el auto quede atascado, sino que mejora el control general del vehículo.
La principal ventaja del AWD es su versatilidad. Es ideal para quienes enfrentan climas extremos o suelen transitar por caminos poco uniformes. A diferencia de otros sistemas de tracción, el AWD ajusta su desempeño en tiempo real, lo que lo convierte en un aliado indispensable para conducir con confianza. Sin embargo, no todo es perfecto: el consumo de combustible puede ser mayor, y su mantenimiento tiende a ser más costoso.
Tracción Quattro de Audi.
Diferencia entre All Wheel …