No todo se reduce a cohetes y satélites en la carrera espacial. Un equipo internacional de científicos acaba de descubrir que el miso fermentado en la ingravidez tiene un sabor sorprendentemente superior al elaborado en la Tierra. El condimento japonés desarrolla en el espacio notas tostadas más intensas y un sutil aroma a nuez que no aparece en las muestras terrestres. El hallazgo no solo promete mejorar los menús de los astronautas, sino que abre interrogantes sobre cómo los microorganismos se comportan fuera de nuestro planeta.Según revela un estudio publicado en iScience, la fermentación en la Estación Espacial Internacional (EEI) transformó notablemente las comunidades bacterianas del miso, aunque preservó los compuestos característicos del umami que definen este elemento básico de la cocina japonesa. El equipo envió a la estación una preparación tradicional de soja cocida, sal y koji (el hongo Aspergillus oryzae) que fermentó durante un mes en condiciones espaciales.Cómo la microgravedad transforma nuestra relación con los alimentosPara asegurar resultados fiables, los investigadores prepararon dos lotes idénticos en la Tierra, procesados en laboratorios de Cambridge (EE.UU.) y Copenhague. Al probar las muestras, los catadores describieron el sabor del miso espacial como más complejo, con un toque que recordaba a "nueces caramelizadas" ausente en las versiones terrestres. Este descubrimiento podría cambiar no solo la alimentación de los astronautas, sino también aportar pistas sobre cómo detectar vida microscópica en otros mundos."La forma en que diseñamos los sistemas en el espacio envía un mensaje poderoso sobre quién pertenece allí", explica Maggie Coblentz, coautora …