La escena resulta familiar. Estás conduciendo y de repente te pasa un auto cuyo copiloto es un perro que ha sacado la cabeza por fuera de la ventana. ¿Tienen ganas de disfrutar de la vista o de la propia brisa? No, la razón que lleva al mejor amigo del hombre a asomarse por la ventanilla es bien distinta.Read more...