Han saltado las alarmas en la casa de la manzana. Las bajas expectativas de venta de su producto estrella, el iPhone, han repercutido en el desarrollo de su negocio. Apple ha perdido más de 400.000 millones de dólares (350.000 millones de euros) en apenas tres meses. Una cantidad importante aunque se mantiene en liza en la batallas de las grandes conglomerados máxime a que va a cerrar el año con unos 84.000 millones de dólares (73.000 millones de euros) de ingresos, aunque representa una caída del 4,5% respecto al año anterior.
Una oportunidad que no ha desaprovechado Microsoft para superar a su eterno rival. Lo más curioso de todo es que venía de un ciclo de récord pero no ha llegado bien preparado para el sprint final. Varios son los factores que determinan las posibles razones por las que la acogida de sus nuevos terminales no ha sido como se esperaba. Y ante una situación atípica, estrategias atípicas. Tim Cook, máximo responsable de la compañía, ha tenido que asumir los problemas en un extraño e inesperado comunicado dirigido principalmente a inversores en donde reconoce que los nuevos modelos, los iPhone XS, XS Max y XR, no han tenido «un comportamiento tan fuerte como se pensaba».
Un mercado saturado y maduro
Entre las razones más destacadas de este escenario desfavorable se encuentra la coyuntura del mercado del teléfono móvil inteligente. Desde que hace un año el negocio alrededor del «smartphone» cayera por primera vez en su historia la situación se ha …