El olvido es criticado y mal visto en muchos aspectos. Siempre preferimos recordar. Sin embargo, olvidar es parte de un mecanismo esencial de aprendizaje sin el que estaríamos totalmente incapacitados.
Imagina que puedes recordarlo todo: desde la cantidad exacta de café que tomaste esta mañana hasta las palabras que le dijiste al vecino la semana pasada, incluyendo todas las contraseñas, el saldo del banco, dónde dejó el coche tu hermano antes de ayer, el olor de aquel bar... De primeras parece toda una ventaja. Sin embargo, como explicaba Carlos Vara Sánchez, doctor en Humanidades y licenciado en Biología, durante el pasado Campus Aquae 2017, la incapacidad para olvidar puede ser tan frustrante como la imposibilidad para recordar. Y es que olvidar es importante. ¿Por qué?
De molestia a bendición
"Olvidar tiene mala fama", comentaba Carlos Vara para Hipertextual. "Creemos que nuestra vida sería más fácil y mejor si tuviéramos más capacidad para retener información. Está claro que patologías como el alzhéimer también contribuyen a esta visión"."Sin embargo", continúa, "cada vez hay más científicos que defienden que deberíamos considerar los procesos de olvido como algo necesario y complementario a los de recordar, pues el correcto equilibrio entre ambos es lo que nos dota de una buena memoria".
Este investigador ha trabajado con los procesos cognitivos desde perspectivas que integran la filosofía y las neurociencias. Durante el Campus Aquae realizó una interesante disertación sobre el olvido, fruto de su experiencia como científico.
"Deberíamos considerar la memoria como un equilibrio entre la persistencia y la …