Aún recuerdo la rutina cuando era un chaval, aprendida con cuidado a través de los hábitos de mi padre. De vez en cuando, cada cierto tiempo, había que desfragmentar el disco del PC de la familia. Era algo que Windows no pedía explícitamente, pero que optimizaba su rendimiento. Recuerdo muy bien esas tardes en las que íbamos viendo cómo los cuadraditos del desfragmentador se iban moviendo en la interfaz. Era hipnotizante.
Pero cuando di el salto al Mac, esa costumbre se perdió. De repente me topé con un sistema operativo que no contaba con un desfragmentador de disco propio, y yo empece a temer que eso podía perjudicar al rendimiento del sistema con el paso de los meses. Pero no, era y es una de las bondades de macOS: no se necesitaba desfragmentar su disco. Y ahora mucho menos con macOS Sonoma.
Qué es desfragmentar y para qué sirve
En términos informáticos, desfragmentar un disco era lo equivalente a ordenar una habitación que estaba hecha un desastre. A medida que usamos un sistema operativo, éste va escribiendo datos allá donde hay espacio libre en el disco duro mecánico. Si por ejemplo queremos escribir 2 MB de datos, el sistema buscaba un "hueco" de 2 MB en el disco.
Eso significa que cualquier hueco menor de 2 MB se ignoraba, dejando pequeñas zonas de espacio libre. O bien se utilizaban esas zonas, escribiendo ese archivo de 2 MB por partes. Consecuencia: leer ese archivo implicaba …