Sentirse agotado sin una causa clara es más común de lo que parece, y la ciencia ha comenzado a explicar por qué ocurre. Investigaciones recientes revelan que factores como la función mitocondrial, el estrés y la interocepción juegan un papel clave en la fatiga persistente. ¿Cómo afecta esto al cuerpo y qué podemos hacer para recuperar la energía de manera efectiva?