Viendo el rumbo que Apple está tomando en sus dispositivos, la jungla de cables que tenemos ahora mismo puede verse reducida a sólo dos conexiones: Lightning y USB-C. Especificaciones de ese puerto USB-C aparte, esto simplifica mucho las cosas y se agradece mucho para facilitar las cosas al usuario general.
Y muchos se preguntan: ¿por qué no simplificarlo todo todavía más y hacer que los dispositivos iOS tengan conector USB-C? De este modo Apple sólo necesitaría un conector para todo, ahorrándose confusiones. USB-C está lleno de ventajas, así que personalmente me gustaría. Y parece ser que al 75% de los lectores de 9to5Mac, también. Pero no creo que ocurra.
USB-C: flexible, estándar y rápido
Miremos primero las ventajas del conector USB-C. Es un estándar, así que podríamos encontrarle muchísimas aplicaciones (algo ya comenté al respecto) que hasta ahora no nos habíamos imaginado para el móvil. Y la velocidad que ofrece el puerto es de como mínimo 5 Gbps, una mejora muy buena respecto a las velocidades USB 2.0 de 480 Mbps que ofrece el puerto Lightning.
Imaginad, por ejemplo, elevar la velocidad de un puerto USB-C a lo que es capaz de llegar Thunderbolt 3: 40 Gbps. Por cuestiones técnicas no creo que eso vaya a llegar jamás al iPhone (me da que consumiría demasiada batería), pero podría ser brutal si Apple quiere convertir el iPad en un sustituto perfecto del PC. Imaginad hacer el backup de un iPad Pro o trasladar las fotografías a esa velocidad.
Así que …